12 marzo 2013

Vida Y Esplendor De Un Pueblo Mágico

La vida de los primeros pobladores y asentamientos humanos transcurría en las grandes montañas cubiertas por una increíble naturaleza que les dotaba de infinidad de alimento pero también resguardaba el peligro, para aquellos que se aventuraran a explorarlas.    Las principales actividades que desempeñaban era la caza, la recolección y la siembra.   Creaban terrazas de cultivo en donde sembraban semillas y plantas que les proporcionaban alimentos,  empleadas desde épocas remotas, por lo que aun se encuentran terraplenes entre las lomas y barrancas en donde cultivaban, las cuales datan cuando menos del 500 a.C.
 
 
Los abrigos rocosos como cuevas ofrecían un lugar seguro para poder sobrevivir a las inclemencias del tiempo, así como de enemigos que quisieran apoderarse de sus bienes, además ofrecían seguridad para las mujeres y niños mientras los hombres salían a buscar alimentos, por lo que encontrar una cavidad sobre las peñas o lomas hacia más fácil la vida, principalmente si se encontraba a la orilla de un río, ya que ahí acudían diversas especies animales para tomar agua y a su vez ellos se hidrataban con este líquido vital.


Es común encontrar en la rivera de los ríos, cuevas en donde se pueden observar rastros de asentamientos prehispánicos, incluso de estilo teotihuacano, las cuales estuvieron habitadas en algún tiempo de la historia, y en los alrededores aparecen puntas de proyectil o navajillas de obsidiana negra, prueba de la actividad de cacería que realizaban para poder subsistir, así como metates prehispánicos elaborados sobre rocas con la finalidad de moler sus alimentos para su preparación, y una infinidad de malacates de diversos diseños con los que se fabricaban hilos de lana o fibras vegetales para tejer prendas y textiles. Objetos prehispánicos que ha dejado el paso del tiempo, testigo de la evolución del ser humano y su existencia en este mundo.

La vida de estos grupos humanos quedó plasmada sobre la misma tierra que los protegió,  mediante hermosas pinturas rupestres que nos muestran la visión e interpretación que tenían del cosmos y del medio en el que vivían,  las representaciones exhiben cuadrúpedos, cánidos como perros o coyotes, figuras antropomorfas  de colores blanco, rojo y naranja así como lunas y soles en lo alto de la cueva, dando vida a estos motivos rupestres situados en el plano terrenal y astral, mismos que expresan la forma en que se organizaban para cazar animales ahora extintos en la región.


El fuego es un ícono muy importante ya que denota el momento en que el hombre tubo la capacidad de modificar su entorno, plasmar fogones sobre las pinturas era símbolo de su casa u hogar, para los otomíes el fuego y el ser otomí son componentes de una misma deidad por lo que significaban ser integrantes a un mismo grupo étnico. 
 
Además plasmaban seres míticos como chamanes y duendes de los bosques, ya que estos eran protectores de la naturaleza y se asociaban al bajo astral, por lo que había que tomarlos en cuenta sobre todo al momento de la caza. Estos seres elementales han sido encontrados en pequeñas figurillas de barro sobre las milpas, así como silbatos mismos que al ser usados producen un sonido que los llama y era empleado para que cuidara de sus sembradíos, por lo que se creía que los silbatos prehispánicos contenían de alguna manera a estos pequeños duendes, y a ser usado se liberaba, hecho que ha sido platicado en la actualidad por gente que ha encontrado estos objetos, y al silbar con ellos los duendes se les aparecen y hacen muchas travesuras.
 

Sin embargo los primeros asentamientos de gran tamaño comenzaron hasta la época Tolteca, debido al contacto directo que existió con Tula, hasta su destrucción, por lo que los tolteca-otomí  emigran a la región de Xilotepec-Chiapan, a la que pertenecía Villa del Carbón; posteriormente fue dominada por los mexicas estableciéndose en los alrededores con el propósito de gobernar y así cobrar un impuesto, opresión que continúo hasta la llegada de los españoles.    
  

La colonización del nuevo mundo transforma la vida de aquellos personajes, sus costumbres y actividades cotidianas se convierten en cultura y a través del tiempo surge una nueva vida, un nuevo mundo y por supuesto nuevos hombres.

Nuestras raíces están estrechamente ligadas con la vida de cada individuo, etnia, raza, y con los pueblos que generaron lo que hoy es nuestra identidad como nación, ellos forjaron con esfuerzo el camino que abría de recorrer el nuevo mundo que inevitablemente surgiría.  Cada pueblo trae  arraigado consigo el origen de su evolución, sin importar el paso del tiempo y lo que este transforme, su cultura y su gente son el reflejo de miles de años que crearon nuestra historia.

Hablar de cada personaje que nos dio identidad como pueblo, es rendirles un homenaje con el fin de reconocer que sin su vida y labor, hubiera sido imposible cimentar nuestras raíces. 

   
RAÍCES DE UN PUEBLO MÁGICO
 
Los primeros pobladores se protegían del clima en las cuevas y huecos  naturales ubicados en las lomas y peñascos, pero al paso del tiempo empezaron a transformar su entorno utilizando los propios recursos de la naturaleza, para así cubrir sus necesidades y hacer del medio natural y del planeta un mejor lugar para vivir.

Elaboración de Adobes
Es así como la gente de las rancherías empiezan a trabajar la tierra, siendo está uno de los principales recursos naturales que tenían, de esta manera forman bloques de tierra con paja, los cuales les servirían para levantar muros en donde podrían vivir y protegerse del exterior, del clima, de sus propios adversarios o de cualquier factor que amenazara su ser. 

Cada cubo de tierra era trabajado durante horas, utilizando los pies para batir y mezclar la tierra con la paja u ocochal, hasta que estuviera totalmente listo y así colocarlo dentro de un cuadro de madera para que se compactara, secándose la mezcla, en donde después de algunas hora se obtendría el abobe y así sucesivamente repitiendo este proceso por miles de veces.

Sin embargo el hombre no se despegó totalmente de su antigua forma de vida, en donde habitaba en chozas y cuevas, ya que a lo largo del tiempo estas le seguían siendo útiles, ya no para vivir sino para desempeñar algunas actividades cotidianas del campo en donde podrían resguardar a sus animales o utensilios de labranza.


EL CARBONERO

El Carbonero





























Debido a la exuberante riqueza vegetal que existía en el municipio, los pobladores comercializaron con los recursos forestales, como lo es en el caso de los árboles para hacer carbón, el cual se creaba en hornos cubiertos de tierra y posteriormente se transportaba en burros y mulas hacia la ciudad para ser vendido. De esta forma los campesinos obtenían ganancias y una buena recompensa económica por su trabajo, ya que esta labor se convirtió en la principal actividad del poblado influyendo de tal modo que de ahí tomo su nombre, conociéndose como congregación de nuestra señora de la peña de Francia en donde se hace carbón y finalmente solo como villa del carbón.  

Los carboneros pasaban arduas jornadas en el campo, haciendo y juntando leña para fabricar los hornos de carbón, los cuales armaban cuidadosamente colocando los trozos de leña de forma estratégica para su transformación en carbón ya que si no se hacia de la forma correcta se corría el riesgo de que estos se quemaran, por lo que la gente dedicada a este trabajo pasaba días cuidando los grandes hornos, por lo que tenían que crear chozas de pastos o zacaton en donde pudiesen resguardase para dormir ya que además de el cuidado para que no se quemaran podrían ser robados por otras gentes para vender el carbón recién fabricado.

PREPARACIÓN DE TORTILLAS
 
Las tortillas de maíz son parte en la gastronomía mexicana, su elaboración es mediante de maíz nixtamalizado (según el proceso tradicional) es muy antigua; fueron los aztecas quienes trasmitieron este procedimiento de generación en generación, el cual ha perdurado a través de los años. En aquella época, el maíz nixtamalizado era molido en un metate de piedra para producir la masa que se utilizaba para formar discos de aproximadamente veinte centímetros de diámetro, que se cocían en comales de barro. El producto resultante era llamado tlaxcalli por los aztecas y posteriormente fue bautizado como “tortilla” por los españoles.

Tortillera
Este complejo proceso heredado de nuestros ancestros se utiliza como tal desde hace aproximadamente 3,500 años con sólo algunas modificaciones técnicas en su producción, pero en esencia se sigue utilizando el mismo proceso, que involucra como primera etapa un cocimiento térmicoalcalino del maíz denominado nixtama - lización .      

Creando el nixtamal para después moler en el metate  y así obtener la masa que era cocida en el comal  el cual calentaban con leña.   Según el tipo de maíz se obtenían  una gran variedad de tortillas, su sabor y color depende de la clase de mazorca como el maíz amarillo el azul o morado. El consumo diario de tortillas en México es de aproximadamente 300 millones y fue el que hacer cotidiano de la mujer, ya que además de elaborarlas, era común ir al campo a llevar de comer a los hombres de su familia, a la orilla de las tierras de labranza.


TLACHIQUERO
 
Una de las bebidas preferidas por los emperadores aztecas y por la clase noble fue el pulque, este néctar era extraído de las diferentes clases de magueyes que existían, a las personas que raspan  los magueyes se les conoce como tlachiqueros,  su proceso consistía en preparar a la planta limpiando las espinas y raspando su corazón , para que segregara este líquido de su interior que posteriormente, succionado por un acocote, que es una calabaza larga, de hasta un metro de longitud y perforada por ambos extremos, para extraer por succión el aguamiel del maguey., posteriormente este es  tratado dejándolo fermentar creando así el pulque .

El pulque es y ha sido desde siempre una bebida tradicional en el país. Hacia el siglo XIX empezó a organizarse una producción masiva para abastecer a las ciudades que estaban creciendo. Así fue como aparecieron las haciendas de plantaciones de maguey en varios estados como Hidalgo, Tlaxcala y el Estado de México.

Esta bebida se tomaba como agua fresca durante la jornada de trabajo, y en el pueblo se vendían en las pulquerías donde la gente se reunía después del trabajo para convivir  con los amigos y disfrutar de esta bebida prehispánica.


EL CHARRO
 
La figura del charro mexicano, se remonta a la época colonial, cuando se originaron las haciendas y los ranchos, sin embargo el primer contacto de los indígenas de América con el caballo, se remonta a la época de la conquista. La población indígena que nunca había visto antes el animal pensaron en un principio que caballo y jinete, eran un solo ser; para los españoles en cambio, el noble bruto constituía un indispensable medio de transporte y conquista. Además no se puede dejar de mencionar que existía una ley entre los españoles de no dejar aprender a los indígenas a conocer y montar caballos.
500 años después, la fiesta charra en Villa del Carbón, recrea esta tradición para adoptar la herencia que a partir de la promulgación de la Charrería como Deporte Nacional, hizo eco en este municipio. Por ello, en el año de 1971 se crea la Asociación de Charros de Villa del Carbón, la cual, a lo largo del tiempo ha visto crecer sus logros y triunfos en cada torneo por toda la república.

EL CAMPESINO
 
La gente humilde se levantaba antes que el sol saliera para trasladarse al campo y trabajar sus milpas en extensas jornadas con la ayuda de animales como son los bueyes, mulas o caballos, dóciles compañeros que le facilitaban el arduo trabajo, la yunta y el arado eran su principal herramienta para labrar cada surco de donde se generaría la vida que lo alimentara.

Además se comercializaban algunos de los productos que estos obtenían del campo intercambiando en mercados locales o saliendo a vender a los grandes poblados,  de este modo su labor era primordial para toda la sociedad, en el momento de adquirir productos naturales de gran calidad.  

Los cereales eran guardados en trojes elaborados de madera en donde se almacenaban exponiéndolos al sol para que se secaran y posteriormente se resguardaban en graneros o en los tapancos de sus propias casas.     En las grandes haciendas se contaban con enormes espacios dedicados especialmente para guardar la producción que el campo les proveía,  ya que contaban con miles de hectáreas en donde se sembrada una vasta variedad de forraje y hortalizas, mismas que les dejaban una importante derrama económica con la que se sostenían.

Por lo que era muy importante saber interpretar a la naturaleza así como el clima, ya que de estos dependía que su cosecha se lograra y el campesino obtuviera una buena producción,  proveyéndole cereales para él y sus animales, con los que se alimentaria durante  todo el año, hasta la nueva temporada de siembra.

Actualmente el campesino aun sigue labrando sus tierras produciendo solo alimento para su propio consumo;  las grandes extensiones territoriales se han acabado si como la dominación y explotación de los terratenientes y caciques que trajo consigo la conquista española.  La producción de alimentos orgánicos crea un nuevo mercado en las grandes urbes, mismas que ayudaron a la extinción de las tierras de sembradíos y ahora estas generan una esperanza para esta humilde e importante actividad.

Si deseas conocer más sobre las raíces y personajes que crearon nuestro pueblo y nación, te invitamos a visitar La Casa Del Recuerdo, en donde te reencontraras con tu propio pasado, recorriendo cada uno de sus espacios temáticos, y siéntete orgulloso de ser mexicano. 

Casa del Recuerdo Figuras de Barro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario